domingo, 4 de marzo de 2012

hay cositas, tranquilas como el pan

Zumba dentro de mí el poema de las cositas de Salvador Dalí. Una rara mezcla de surrealismo y absurdo extiende sus inmensos brazos sobre mi cuerpo. Tras la oscuridad, vacío. Y en el vacío de una voz, de un sueño -qué enrome vacío el de un sueño-, de una taza sin café, se desvanece como espuma el tiempo. Pasan los días a la velocidad de la luz, ¿dónde quedó el espacio para sentir? Y las ganas, en qué punto del camino se perderían las ganas... De gritar, de leer, de lanzar pintura rosa contra la Bolsa y echar risas locas los sábados a las mil. Rabia contra el sistema y un cigarro detrás de otro. Sáciese a porrazos, señor policía, que la rabia seguirá intacta y en el telediario solo darán epítetos para idiotas. Se ve que las victorias del Barça son motivo suficiente para que el mundo duerma con absoluta tranquilidad. ¿Sabe?, mañana será martes y no estaremos igual, ni siquiera seremos los mismos, bendito consuelo. Los pequeños sortilegios, los pequeños sortilegios, los pequeños sortilegios... ¿Sabe?, mañana quizás vuelvan, cositas muy pequeñitas colocadas ahí arriba en un rincón. De hecho, seguro que ya están ahí, tan solo tengo que abrir los ojos y enfocar la mirada un poco mejor. Los pequeños sortilegios pican.

1 comentario:

  1. muy de acuerdo contigo pero solo una cosiya, lo de los epitetos para idiotas...la gente no es idiota que se crean que lo somos si, pero no. humildes trabajador*s que estan atrapados en este sistema y que luchan dia a dia por sacar a su familia a delante.
    un besito

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